168 - PEDRO OBEDIENTE
PEDRO OBEDIENTE
Érase una vez un niño,
llamado Pedro, que vivía con su abuelo en una casa blanca cerca de un enorme
bosque. Junto a la casa, en un lago, un
pato nadaba feliz.
- Abuelo, - dijo Pedro - ¿puedo salir al bosque a jugar un rato?
- No, Pedro. El bosque es peligroso.
Hay lobos. Quédate en el jardín sin pasar la verja.
Y el abuelo cerró de golpe la puerta de la casa.
Pedro se entretuvo un rato jugando en el jardín, y luego se subió a la verja a
comer una manzana. Desde allí vio cómo un enorme gato se deslizaba por el
tronco de un árbol. Siguiendo con los ojos, vio un pajarito posado en una rama,
limpiándose tranquilamente las plumas de las alas. Cuando ya el gato lo iba a
alcanzar, Pedro lo avisó y el pájaro voló a una rama más alta. El gato,
burlado, bajó del árbol de un salto y empezó a dar vueltas con intención de
atrapar al pato que nadaba majestuosamente en el centro del lago.
- No me atraparás - graznaba el
pato -.
- En cuanto te distraigas - le
contestaba el gato -.
Y así andaban peleando cuando, de pronto, apareció un enorme lobo del bosque.
Pedro vio al lobo, y también lo vieron el gato y el pajarito. Pedro entró
corriendo a la casa a buscar una cuerda, el pájaro voló a la rama más alta y el
gato trepó a toda prisa al árbol, lejos del alcance del lobo. Pero el pato no
se enteró de nada.
El lobo se acercaba peligrosamente a la casa. Pedro, subido a la valla, hacía
un lazo con la cuerda; el pajarito, en la rama más alta del árbol, vigilaba al
gato; el gato más abajo, vigilaba al lobo; y el pato, descuidado y tranquilo,
sin enterarse, nadaba en el estanque. El lobo se acercó y se acercó y viendo
que el pato no se daba cuenta de nada, entró tranquilamente en el agua, y, de
un bocado, se lo comió. Relamiéndose, el lobo miraba al gato; el gato, sin
perder de vista al lobo, miraba al pájaro. Entonces, Pedro le dijo al pajarito,
- Ayúdame a atrapar al lobo. Revolotea
por encima de su cabeza hasta que yo lo agarre por la cola con el lazo.
El pajarito empezó a revolotear sobre la boca del lobo, y éste, dando saltos,
intentaba atraparlo. El gato, con la espalda erizada, miraba ahora al lobo,
ahora al pájaro. Con cuidado Pedro deslizó la cuerda por el árbol y enganchó al
lobo por la cola, tiró fuertemente y lo dejó boca abajo colgado de una rama. En
ese momento, llegaron disparando unos cazadores que salían del bosque. ¡Pum!
¡Pum!, sonaban las escopetas.
- ¡No disparen! - gritó Pedro - ¡El pajarito y yo hemos atrapado al lobo!
- ¡Por favor, ayúdenme a bajarlo del
árbol para llevarlo al zoológico!
A los gritos, el abuelo salió de la casa y entre todos, ataron fuertemente al
lobo. Lo bajaron del árbol, de donde colgaba mareado, y se lo llevaron cantando
al parque zoológico.
El gato de un salto subió por el árbol por si el pajarito se distraía... El
abuelito, meneando la cabeza, dijo,
- El bosque es muy peligroso, Pedro,
muy peligroso. - Y juntos entraron en la casa.
a) En
una casa rosa | |
b) En
una casa blanca | |
c) En
un bloque de pisos | |
d) En
el lago |
a) Para
jugar | |
b) A
coger setas | |
c) A
ver animales | |
d) A
cazar lobos |
a) Lobo | |
b)
Pajarito | |
c)
Rinoceronte | |
d) Pato |
a) Al
pajarito | |
b) Al
cazador | |
c) Una
mosca | |
d) Al
lobo |
5.- Un animal ayudó a
Pedro a atrapar al lobo y otro animal se quedó mirando.
- Ayudó:
- Se quedó mirando:
6.- En
este cuento ¿qué animal es el más aseado?
7.- Uno de los
animales del cuento o era muy despistado o era algo sordo ¿a qué animal nos
referimos?
8.-
¿Qué comía Pedro cuando se subió a la verja?
9- ¿Crees que está
bien desobedecer a nuestros mayores?
10.-
¿Has desobedecido alguna vez o lo has visto hacer a otro niño/a? Cuéntalo.