214 - LAS BABUCHAS IRROMPIBLES
LAS BABUCHAS IRROMPIBLES
Hace muchos años vivía en El Cairo un
avaro perfumista llamado Abu-Casem. Aunque Alá le concedió riqueza y prósperos
negocios, él vivía y vestía como el más pobre de los mendigos. Sus viejas
babuchas eran la más clara muestra de su tacañería.
Un día, Abu-Casem fue a una casa de
baños. Se quitó las malolientes babuchas y entró a darse un baño. Entonces, el
encargado del calzado, cogió las babuchas y las guardó en un rincón.
Abu-Casem estaba tan sucio que los
frotadores y masajistas precisaron todo el día para limpiar su piel. Y cuando
salió, fue a coger sus babuchas.
Pero en su lugar había unas enormes
babuchas amarillas.
-“Sin duda Alá me las envía, pues sabe
que hace tiempo que necesitaba unas nuevas”, pensó.
Abu-Casem cogió las babuchas amarillas
y se marchó muy contento.
Cuando el dueño de las babuchas
amarillas fue a coger su calzado, sólo encontró las babuchas de Abu-Casem. Muy
enfadado, denunció a Abu-Casem por haberle robado y Abu-Casem acabó en la
cárcel con sus viejas babuchas.
Al salir de la cárcel, Abu-Casem pensó
en deshacerse de las fatídicas babuchas. Y no se le ocurrió otra cosa mejor que
tirarlas al río Nilo. Días después, unos pescadores retiraron sus redes del
Nilo y encontraron un extraño objeto.
-¡Son las babuchas de Abu-Casem!
–gritaron-
. ¡Y sus clavos han destrozado las
redes!
Los pescadores fueron corriendo a la
tienda del perfumista y les arrojaron las babuchas sobre sus tarros de cristal.
-¡Malditas babuchas! –exclamó
Abu-Casem-. ¡Sólo me habéis causado problemas!
Desesperado, Abu-Casem cogió
nuevamente sus babuchas y las tiró a un canal que pasaba lejos de la ciudad,
con tan mala suerte que atascaron un molino movido por las aguas de ese canal.
El dueño reconoció las babuchas y Abu-Casem acabó de nuevo en prisión y fue
condenado a pagar todos los daños.
Cuando Abu-Casem se vio por fin en
libertad no lo pensó más. Cogió las babuchas, se presentó ante el cadí y gritó:
-¡Oh, gran cadí! ¡He aquí la causa de
mis desgracias! Te suplico que proclames un edicto que declare que Abu-Casem ya
no es dueño de estas babuchas, que las regala a quien las quiera y que no es
responsable de los daños que puedan ocasionar de ahora en adelante.
Después, dejó las babuchas en medio de
la sala y salió de allí descalzo, entre las risas de todos los presentes.
Las mil y una noches (Adaptación)
1.- ¿Dónde vivía Abu-Casem?
2.- ¿Cuál era la profesión de
Abu-Casem?
3.- ¿Tenía Abu-Casen un cuarto de baño
en su casa?
4.- ¿Crees que Abu-Casen se bañaba con
frecuencia?
5.-
¿Cómo vestía Abu-Casem?
¿Por qué?
6.- ¿Crees que Abu-Casem merecía la
cárcel?
7.- Temporaliza las
siguientes acciones: (Anota 1,2,3,4)
8.- Marca verdadero
(V) o falso (F) y explica por qué:
9.- ¿Qué enseñanza
pretende transmitir esta historia? Haz un breve resumen en que lo expliques.
10.- En este texto se
habla de un gran tacaño. Comenta qué te parece esta cita: “Gasta siempre una
moneda menos de lo que ganes.” (Cesare Cantú)