209 - EL PRINCIPITO
EL PRINCIPITO
- Si
me domesticas, mi vida se llenará de sol. Conoceré un ruido de pasos que será
diferente de todos los otros. Los otros pasos me hacen esconder bajo la tierra.
El tuyo me llamará fuera de la madriguera, como una música. Y además, ¡mira!
¿Ves, allá, los campos de trigo? Yo no como pan. Para mí el trigo es inútil.
Los campos de trigo no me recuerdan nada. ¡Es bien triste! Pero tú tienes
cabellos de color de oro. Cuando me hayas domesticado, ¡será maravilloso! El trigo dorado será un recuerdo de ti. Y
amaré el ruido del viento en el trigo.
El zorro cayó y miró largo tiempo al principito.
- ¡Por favor…, domestícame!
–dijo.
-
Bien lo quisiera -respondió el principito-, pero no tengo mucho tiempo. Tengo
que encontrar amigos y conocer muchas
cosas.
-
Sólo se conocen las cosas que se domestican -dijo el zorro-. Los hombres ya no
tienen tiempo de conocer nada. Compran cosas hechas a los mercaderes de amigos.
Pero como no existen mercaderes de amigos, los hombres ya no tienen amigos. Si
quieres un amigo, ¡domestícame!
- ¿Qué hay que hacer? –dijo
el principito.
- Hay que ser muy paciente
–respondió el zorro-. Te sentarás al principio
un poco lejos de mí, así, en la hierba. Te miraré de reojo y no dirás nada. La palabra es fuente
de malentendidos. Pero, cada día, podrás
sentarte un poco más cerca.
Al día siguiente volvió el principito.
- Hubiese sido mejor venir a
la misma hora –dijo el zorro-. Si vienes, por ejemplo, a las cuatro de la
tarde, comenzaré a ser feliz desde las tres. Cuanto más avance la hora, más
feliz me sentiré. A las cuatro me sentiré agitado e inquieto: ¡descubriré el
precio de la felicidad! Pero, si vienes a cualquier hora, nunca sabré a qué
hora preparar mi corazón. Los ritos son
necesarios.
- ¿Qué es un rito? –dijo el
principito.
- Es
también algo demasiado olvidado –dijo el zorro-. Es lo que hace que un día sea
diferente de los otros días; una hora, de las otras horas.
- Adiós –dijo el principito.
- Adiós –dijo el zorro-. He
aquí mi secreto. Es muy simple: no se ve bien sino con el corazón. Lo esencial
es invisible a los ojos”.
(Antoine de Saint-Exupéry, El principito)
1.- ¿Con
quién habla el principito?
- Que no lo mate | |
- Que le dé de comer | |
- Que lo domestique | |
- Que lo olvide |
- El narrador | |
- El zorro | |
- El principito | |
- Nadie |
- Un coche | |
- Un amigo | |
- Un zorro | |
-
Nada |
- Moreno | |
- Pelirrojo | |
- Castaño | |
- Rubio |
6.- Ordena lo que tiene que hacer el principito. (Escribe
1, 2, 3, 4)
7.- ¿Volvió el
principito a la misma hora?
8.-
¿Cuál era el secreto del zorro?
9.- ¿Por qué crees que la palabra es fuente de
malentendidos?
10.- Esta historia, ¿es real o imaginaria? ¿Por qué?