TEXTO 1

 

―No deben impresionarte estas cosas, muchacho. Esto suele ocurrir.

El muchacho no podía arrancar los ojos del caballo muerto. El caballo había muerto de repente, mientras marchaban por el camino. El chico se hizo daño al caer. Fue curiosa la caída. El animal había encorvado los lomos como un gato y se había ido al suelo. Al caer, el chico se había cortado en el brazo con una piedra. La herida sangraba. Y, sin embargo, lo único que le dolía era el espectáculo del caballo retorcido en el suelo.

 

Jorge Ferrer Vidal, Los caballos

Pegar texto seleccionado en recuadro 1.2

 

Este texto no se ajusta al orden cronológico, que ha sido modificado en el discurso narrativo. Las acciones que se narran son, en el orden que presenta el texto, las siguientes:

 

a)      Un personaje aconseja o consuela a un muchacho.

b)      El muchacho no puede dejar de mirar al caballo muerto.

c)      El caballo murió de repente.

d)      El chico se lastimó al caer.

e)      El caballo se encorvó y cayó.

f)        El niñó se cortó.

g)      Comenzó a sangrar.

h)      Al muchacho le duele ver el caballo muerto.

 


 

TEXTO 2

 

Un hombre vino muy temprano a presentarse en el palacio del profeta Salomón, con el rostro pálido y los labios descoloridos.

Salomón le preguntó:

-¿Por qué estás en ese estado?

Y el hombre le respondió:

-Azrael, el ángel de la muerte, me ha dirigido una mirada impresionante, llena de cólera. ¡Manda al viento, por favor te lo suplico, que me lleve a la India para poner a salvo mi cuerpo y mi alma!

Salomón mandó, pues, al viento que hiciera lo que pedía el hombre. Y, al día siguiente, el profeta preguntó a Azrael:

-¿Por qué has echado una mirada tan inquietante a ese hombre, que es un fiel? Le has causado tanto miedo que ha abandonado su patria.

Azrael respondió:

-Ha interpretado mal mi mirada. No lo miré con cólera, sino con asombro. Dios, en efecto, me había ordenado que fuese a tomar su vida en la India y me dije:

¿Cómo podría, a menos que tuviese alas, trasladarse a la India?

 

Yalal Al-Din Rumi, Salomón y Azrael

 


 

TEXTO 3

 

 

Un joven jardinero persa dice a su príncipe:

-¡Sálvame! Encontré a la Muerte esta mañana. Me hizo un gesto de amenaza. Esta noche, por milagro, quisiera estar en Ispahan.

El bondadoso príncipe le presta sus caballos. Por la tarde, el príncipe encuentra a la Muerte y le pregunta:

-Esta mañana ¿por qué hiciste a nuestro jardinero un gesto de amenaza?

-No fue un gesto de amenaza -le responde- sino un gesto de sorpresa. Pues lo veía lejos de Ispahan esta mañana y debo tomarlo esta noche en Ispahan.

 

Jean Cocteau, El gesto de la muerte

 


 

TEXTO 4

 

-Hoy me comeré un camello.

Y pasó toda la mañana buscando camellos. Pero al mediodía volvió a mirar su sombra y se dijo:

Una zorra miró su sombra al amanecer y se dijo:

-Bueno..., creo que me conformaré con un ratón.

     

Gibrán Jalil Gibrán, La zorra

 

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