2.1. Clasificación de las descripciones. ESO
La primera distinción que suele hacerse es entre las descripciones técnicas y las literarias: en las técnicas la característica más destacada es la objetividad, es decir, señalar los elementos que distinguen lo que estamos describiendo sin que esto dependa de quien lo haga; en cambio la descripción literaria es más subjetiva, nos da un punto de vista original. Aunque es la literaria de la que nos ocuparemos, dedicaremos unas líneas a la objetiva.
La descripción objetiva se emplea en textos expositivos: técnicos, históricos…; la atención se centra en el objeto descrito, no en las opiniones, impresiones o valoraciones del descriptor. La función es informar, su lenguaje se caracteriza por la precisión: tecnicismos, oraciones impersonales, adjetivación especificativa… En la descripción literaria, que veremos en adelante, el autor selecciona más libremente los elementos que describe e introduce valoraciones personales.
Comparemos por ejemplo parte de la descripción técnica de un asno, que podemos encontrar en una enciclopedia, con una descripción literaria, la que da comienzo a Platero y yo, de Juan Ramón Jiménez.
1.- Asno: Mamífero perisodáctilo de menor talla y orejas más largas que el caballo. (Especie Equus asinus; familia équidos.) [...]
Las distintas razas tienen en común la cabeza voluminosa, relativamente mayor que el caballo; órbitas de forma algo cuadrada y cráneo proporcionalmente más capaz, lo que comporta un cerebro más voluminoso y probablemente mayor inteligencia. Las orejas son largas y móviles; los miembros, delgados, con cascos pequeños, altos y comprimidos lateralmente. El pecho es estrecho, la espalda, muy afilada, y el vientre grande. La cola es larga y delgada. El pelaje suele ser de color gris ceniza, que puede variar en negruzco, negro y gris perla en la región dorsal, y en la región ventral, la punta del hocico y en torno a los ojos, es blanco o de tonalidades claras.
2.- Platero es pequeño, peludo, suave; tan blando por fuera, que se diría todo de algodón, que no lleva huesos. Sólo los espejos de azabache de sus ojos son duros cual dos escarabajos de cristal negro.
Lo dejo suelto y se va al prado, y acaricia tibiamente con su hocico, rozándolas apenas, las florecillas rosas, celestes y gualdas... Lo llamo dulcemente: "¿Platero?", y viene a mí con un trotecillo alegre que parece que se ríe, en no sé qué cascabeleo ideal...
Come cuanto le doy. Le gustan las naranjas mandarinas, las uvas moscateles, todas de ámbar; los higos morados, con su cristalina gotita de miel...
Es tierno y mimoso igual que un niño, que una niña...; pero fuerte y seco por dentro, como de piedra... Cuando paseo sobre él, los domingos, por las últimas callejas del pueblo, los hombres del campo, vestidos de limpio y despaciosos, se quedan mirándolo:
—Tiene acero...
Tiene acero. Acero y plata de luna, al mismo tiempo.
Las diferencias son claras, mientras en la primera nos encontramos con una mera enumeración de rasgos objetivos, en la segunda el autor selecciona los que le interesan y los destaca para producir una sensación determinada; el texto primero busca informar, mientras que el segundo se orienta más hacia la belleza y la emoción.
Las descripciones podemos clasificarlas atendiendo a la realidad a que hagan referencia, según sea una persona, una cosa, una época, un lugar, un sentimiento…Algunas de ellas reciben nombres específicos como retrato, cuando se trata de personas; topografía, si son lugares, y cronografía si es a épocas a lo que alude la descripción. Vamos a dedicar distintos apartados a la descripción de personas, animales y lugares y agruparemos en otro las referentes a objetos, épocas o realidades abstractas como ideas y sentimientos.