Dentro de cada reino cristiano reinaba un rey que tenía la función de gobernar el reino con la ayuda de los nobles.
Los reyes vivían en castillos que
eran
fuertes construcciones de piedra
que se edificaban sobre colinas para poder ver al enemigo a tiempo cuando se
acercaba . Para defenderlos mejor se rodeaban de altas murallas y de un
foso lleno de agua que no podía cruzarse sin bajar el puente levadizo.
El señor del castillo vivía en la torre principal que se llamaba torre del
homenaje. En el castillo se guardaba ganado, trigo y agua en depósitos que
los musulmanes llamaban aljibes.
Cuando había guerra los atacantes sitiaban el castillo, es decir, lo
rodeaban durante meses sin dejar entrar ni salir a nadie, hasta que los
sitiados, que eran los que estaban dentro del castillo, se quedaban sin agua o
sin comida y se rendían.
En Andalucía quedan aún muchos castillos medievales como los de Almodóvar del
Río (Córdoba) y Cortegana (Huelva).