No se si sabéis, que en todas las bibliotecas, viven unos duendes, encargados de mantener el orden cuando las puertas se cierran. Un día, del mes de marzo, aquí en Niebla, cuando a las dos en punto Pedro cerró el cole; nuestro duende llamado Recesvinto, empezó su trabajo. Con la varita, en la mano, paseaba y paseaba, vigilando que todos los personajes de los libros, y en especial los de los cuentos, estuviesen en su sitio.

En un descuido, del duende, el lobo del cuento de Caperucita roja, se sale del libro y dice:

- ¡Qué cansado estoy, de ser siempre tan malo!

-¡ Pobres cerditos! Me paso los días corriendo tras ellos..

- ¡Oye tu!, lobo malo - dijo Caperucita

-Y mi pobre abuelita,¿Qué te hizo, para que te la comieras?

En ese momento, sale Blancanieves histérica de su cuento y exclama: ¡Cansada!, cansadita estoy de morder manzanas...

A lo que íbamos, el pobre lobo, aburrido de ser siempre tan malo, decidió que no entraría más en su cuento. Y los demás personajes decidieron lo mismo.

Recesvinto, observando el desorden de la biblioteca, pensó que algo raro estaba pasando, y varita en mano se puso a investigar.

Cuando consiguió encontrar a todos los personajes de los cuentos, los convenció de lo importantísimos que eran. Y les hizo ver uno a uno la necesidad de que siguieran en su lugar.