Estilo directo, estilo indirecto.

Aquí tienes unos diálogos escritos en estilo directo, conviértelos tú en estilo indirecto. Y recuerda que debes utilizar un verbo introductorio y cambiar los referentes verbales y temporales. .

―¡Niña! ¡Tráeme la sopera nueva!

―¿Qué sopera? ¿La que está en el aparador?

―No, la que está en la taza del váter... ¡Vaya preguntitas tontas!

―Hay que ver cómo te pones, mamá. Yo qué sé cuántas soperas hay en casa.

 

Escribe aquí la respuesta al ejercicio

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―¿Te has acabado ya la comida?

―Es que no me gustan los garbanzos...

―Me da lo mismo, ¡los niños tienen que comer de todo!

―Pero es que los garbanzos...

―¡Que te lo comas todo!

 

Escribe aquí la respuesta al ejercicio

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