A UNA NARIZ

 

Érase un hombre a una nariz pegado,
érase una nariz superlativa,
érase una nariz sayón y escriba,
érase un peje espada muy barbado.

Era un reloj de sol mal encarado,
érase una alquitara pensativa,
érase un elefante boca arriba,
era Ovidio Nasón más narizado.

érase un espolón de una galera,
érase una pirámide de Egipto;
Las doce tribus de narices era.

Érase un narcicísimo infinito,
Muchísimo nariz, nariz tan fiera,
Que en la cara de Anás fuera delito.

 

FRANCISCO DE QUEVEDO

 

 

Mª Lourdes García Jiménez