Este juego es practicado en Valbona de las Monjas (Lérida).
Organización:
Se echa a suertes para determinar quienes son mudos y quienes los adivinos. Todos los jugadores se colocan tras una línea y por turno van tirando sus piedras hacia otra línea, separada dos metros, con objeto de acercarse lo más posible a ella, pero sin rebasarla. Los tres jugadores cuyas piedras queden más cerca de la línea, formarán el grupo de los mudos. En caso de que hubiera empate para elegir los tres primeros puestos, los jugadores empatados volverán a tirar sus piedras para deshacer la igualdad. Los restantes pasarán a formar el grupo de los adivinos.
Material:
Piedras lisas.
Juego:
Los mudos se reúnen en un lugar apartado para elegir a escondidas una serie de acciones (por ejemplo, rascarse la oreja, lavarse la cara, ir a galope sobre un caballo, jugar a fútbol, nadar...). El juego consiste en que deben hacerla entender al resto de los jugadores sin decir nada, sólo mediante mímica.
Cuando los mudos están haciendo su representación, si alguno de los adivinos consigue descubrir la acción, la dice en voz alta y si acierta pasa al grupo de los mudos, que irá aumentando el grado de dificultad de las acciones conforme van quedando pocos adivinos. De igual forma, si algún jugador del grupo de los mudos, por equivocación, pronuncia cualquier palabra o emite un sonido durante su representación, pasará automáticamente a pertenecer al grupo de los adivinos.
El juego termina cuando se llega a un número concreto de adivinos, preestablecido al principio del juego.