Un cinturón, o en su defecto una zapatilla o un trozo
de soga.
Organización:
Se echa a suertes para ver quien se la queda y los demás
participantes se sientan en el suelo formando un círculo y mirando
hacia dentro, a una distancia los unos de los otros de unos dos metros.
Juego:
El que se la queda va andando alrededor del círculo,
procurando ocultar con su mano y su cuerpo la posesión de la correa,
cinto, o cuerda. Disimuladamente deja el cinto tras uno de los muchachos y
sigue andando. Pueden suceder dos cosas:
1- Que se percate el jugador que está sentado de que
le dejó tras él el cinturón, en cuyo caso lo cogerá,
se levantará y tratará de darle al que se la quedaba, que correrá
lo más aprisa posible a sentarse al espacio dejado por el otro, donde
estará a salvo.
2- Que no se percate de que lo dejó tras él,
en cuyo caso, cuando el que se la queda llega a su altura tras dar una vuelta
completa, lo coge y le perseguirá durante una vuelta intentando atraparlo
con el cinto antes de que el perseguido pueda ocupar el sitio libre del círculo.
En ambos casos será el perseguidor quien tendrá
de nuevo la posesión del cinto para volver a colocarlo detrás
de quien quiera.