Levantado junto al cerro en que confluyen los ríos Adaja y Arevalillo, este municipio abulense rezuma historia por sus cuatro costados, no en vano es una de las más monumentales de la provincia. Por ella pasaron celtas, romanos, visigodos y árabes.

Sus orígenes se remontan a la lejana edad de piedra como lo confirman algunos hallazgos encontrados en las inmediaciones. Pero es en el periodo calcolítico cuando tenemos los primeros datos documentados arqueológicos sobre un poblado muy cercano a la ciudad, junto al río Adaja. Fechado en torno al 2500-2000 a. C., se ha encontrado cerámica negra, puntas de flecha, hachas pulimentadas, molinos barquiformes de granito y cuentas de collar de adorno.,

 

Puente mudejar

 

 

Hacia el año 600 a. C. entra en la meseta la segunda oleada de pueblos centroeuropeos de cultura celta y de lengua indo europea que, junto con los que estaban en nuestro suelo de la cultura del hierro, formarán los que denominamos pueblos celtibéricos, entre ellos, los Vacceos.

Arévalo viene de los Arevacos, nombre que se dió a los Vacceos orientales.

De esta época tenemos varios testimonios. Dos esculturas zoomorfas o "verracos". La denominada marrana cárdena, que representa una cerda, como culto mágico a la fecundidad. En un principio estuvo en la puerta del palacio de los Cárdenas pasó después a su patio interior y definitivamente al palacio del General Ríos, donde reposa en su patio.

Otro ejemplar algo mutilado, está incrustado en la base de la torre de San Miguel. Estos verracos están datados de finales del s. V a.C

De esta época nace el nombre de Are-valón

Verracos de Guisando

 

 

  De la cultura romana hay pocos restos aunque suficientes para poder atestiguar la permanencia de núcleo habitado, un pequeño puente del camino de la Vega, sillares funerarios de granito, algunos berracos mutilados y restos de la calzada del s. II que desde Ávila se dirigía al Duero paralela al Adaja. Otros de los restos de esta cultura son fuentes tradicionales, una atalaya sobre la que después se construyó el castillo, el puente de los barros que originariamente fué romano y la presa sobre el Arevalillo.

La iglesia de S. Pedro se erigió en los restos de un templo dedicado a la diosa Minerva y el primer templo cristiano fue El Salvador erigido por el Emperador Constantino,

 

Iglesia del Salvador

 

Del paso los visigodos existe un sarcófago que se encuentra recogido en dependencias municipales. Los historiadores dicen que permaneció la población, principalmente agrícola, en los núcleos rurales y en villas romanas.Topónimos germánicos son Palacios de Goda y Cisla.

 

Ayuntamiento de Arévalo

 

 

Con la llegada de los pueblos árabes en el año 711, esta zona fue habitada por tribus norte-africanas de pastores beréberes. Los habitantes anteriores que quedaron formaron la población mozárabe.

El nombre de la Moraña hace clara alusión a su presencia en esta zona. El Islam convivió en armonía con otras culturas, como la cristiana y hebrea.

Como resultado de esta presencia musulmana, nuestra tierra, mantiene gran cantidad de topónimos geográficos y de núcleos de población entre los que destacan: Adaia, Çapardiel, Almenara, Moraña, Moriel.

Toda la comarca está jalonada de importantes monumentos mudéjares tan interesantes como las iglesias de Fuente el Sauz, Adanero, Orbita, Pedro Rodríguez, Fuentes de Año, o Palacios Rubios entre otros.

El entorno lo constituye el centro de las comarcas denominadas "Tierra de Arévalo" y "La Moraña" (tierra de moros),

La iglesia de el Salvador, reedificada en el siglo XVI de ladrillo, tiene una potente torre mudéjar

Pastor Bereber

 

 

Arévalo entra a formar parte del reino cristiano definitivamente hacia el año 1082, durante el reinado de Alfonso VI, que ordena a Raimundo de Borgoña su pepoblación. Después es entragada al obispo de Palencia en el año 1090.

En 1135 Alfonso VII se lo dona a la iglesia de Avila, a partir de ese momento comienzan las edificaciones de iglesias, monasterios, la muralla, los puentes.

Arévalo es también conocida como la ciudad de los cinco linajes, por ser este el número de familias que se encargaron de organizar la repoblación y gobernar "su tierra". Los Briceños, Montalvos, Sedeños, Tapias y Verdugos.

El 16 de julio de 1212, cinco cuadrillas de las Milicias Concejiles de la Villa participan activamente en la batalla de las Navas de Tolosa, bajo el pendón del Obispo de Avila y a las ordenes del aliado rey de Navarra , acción que le valió el escudo de armas y el "Fuero Viejo".

En 1250 el Arcedianato Arevalense, según documento del cardenal Gil Torres, aparece dividido en los "tercios" de Rágama, con 40 aldeas. La villa entonces tenía unos 2.000 habitantes con once iglesias: Sant Miguel, Sant Martín, Santa María, Sant Nicolás, Sant Pedro, Sant Juan, Sancto Domingo, Sant Salvador, Sant Estevan, Sant Andrés y El Almocrón. Por lo tanto el arcedianato o la Tierra de Arévalo, tenía algo mas de mil kilómetros cuadrados y una población estimada en unos 18.000 habitantes.

Alfonso X el Sabio en 1256, confirma el 20 de junio a los caballeros de Arévalo el "Fuero de los Excudos" y Sancho IV en 1287 otorga en una Cédula Real el "Fuero de las Leyes" y otras concesiones, formando un cuerpo de privilegios que se llegaron a conocer durante mucho tiempo como "Fuero de Arévalo".

Los s. XII y XIII fueron de gran crecimiento y es el momento histórico en el que surge la arquitectura mudéjar que es el sello arquitectónico tanto de la villa como de su tierra, quizás el conjunto mas importante de Castilla.

En 1353, Pedro I el Cruel, en los acuerdos matrimoniales cedía el señorío de la villa a Dª Blanca de Borbón, su futura esposa. Al tercer día de su matrimonio celebrado en Valladolid el 3 de junio de 1353, Dª Blanca fue recluida en el castillo.

En 1420, Juan II de Castilla, hace donación del señorío de Arévalo y Madrigal que había recibido de su madre, a su primera esposa María de Aragón, con la que tendría un hijo que llegaría al trono con el nombre de Enrique IV.

Tras el fallecimiento de la reina, se casó en segundas nupcias con Isabel de Portugal, en 1447 en la villa de Madrigal de las Altas Torres, donde nacería su hija Isabel, el 22 de abril de 1451, la villa es donada de nuevo a la reina, hecho importante por ser Arévalo villa de realengo. De este matrimonio también nació el príncipe Alfonso, en la ciudad de Toro, que según disponía el testamento del rey, recibiría nuestra villa a la muerte de su madre.

A lo largo de la edad media, la villa adquirió gran importancia como población y lugar de convivencia entre las tres culturas,: judíos, moros y cristianos. Que aquí edificaron barrios diferenciados, sinagogas, mezquitas e iglesias.

De los judíos arevalenses destacan Mosé de León, autor de El Zóhar o Libro del esplendor, o Yosef ben Saddiq de Arévalo , autor del libro religioso Compendio recordatorio del justo.

Con ocasión de las honras fúnebres por el rey Juan II se proclamó rey a Enrique IV, en la iglesia de San Martín el 28 de julio de 1454

En Arévalo vive durante más de treinta años la reina viuda Isabel de Portugal de la casa de Avís, enferma desde la muerte de su marido, cuidada por su madre Isabel de Barcelos, de la Casa de Braganza y acompañada por sus hijos Isabel y Alfonso.

La corte Alfonso Xll, fijada en Arévalo, era una corte de poetas, destacando Jorge Manrique. Alfonso XII está enterrado convento extramuros de San Francisco de la Observancia, junto a la tumba de su en el abuela Isabel de Barcelos.

Alvaro de Stúñiga, entonces Conde de Plasencia, fué el primer duque de Arévalo al que Enrique IV regaló la villa como premio a su adhesión.

Una nueva época se abre en España con la proclamación en Segovia como Reina a Isabel I de Castilla, el 13 de diciembre de 1474.

Y fue durante su niñez cuando Isabel demuestra mucha devoción a la Virgen en su advocación de Ntra. Sra. de las Angustias, patrona de Arévalo y su Tierra desde tiempo inmemorial, que luego entroniza en la ciudad de Granada de la que, desde entonces, también es su muy venerada Patrona.

En 1507 llega a Arévalo Íñigo López de Loyola, que después sería San Ignacio de Loyola, fundador de la Compañía de Jesús, llamado por el Contador Mayor de Castilla Juan Velazquez de Cuellar, y durante once años se cria junto a Alonso de Montalvo noble arevalense y el infante D. Fernando que luego será Emperador de Alemania.

Y cómo no hablar del místico fontivereño San Juan de la Cruz , que llegó a Arévalo en 1547 y vivió cuatro años de su infancia en el barrio de San Pedro

O el místico islámico llamado El Mancebo de Arévalo, que recorrió muchos lugares, curiosamente los mismos que San Juan de la Cruz, ejerciendo la "alcafara"; escribió un Breve compendio de nuestra santa Ley y suna, o Tafçira del mancebo.

Siendo Reina Regente Dª María Cristina de Habsburgo Lorena, en nombre de su hijo D. Alfonso XIII, concedió por Real Decreto de 19 de junio de 1894 el título de Ciudad, en atención a su población activa, fabril, administrativa, de servicios y su personalidad urbana, Cabeza de Partido Judicial desde la reorganización administrativa de 1833.


Según el Real Despacho de Blasón dado en nombre del Rey D. Alfonso XIII, el 25 de enero de 1905, el escudo de Arévalo representa a un guerrero armado con casco, lanza y cota de mallas que sale de una fortaleza, es el que viene ostentando este Ayuntamiento desde tiempo inmemorial, adornado con los títulos de Muy Noble, Muy Ilustre y Muy Leal, concedidos por Alfonso VIII por el valor que sus tercios mostraron en la célebre batalla de Las Navas de Tolosa en 1212î . Después se le añadiría el título de ìMuy Humanitariaî y la Gran Cruz de Beneficencia.

Tras el desgraciado accidente sufrido en su estación la noche del 11 de enero de 1944 y por la humanitaria labor de toda la ciudad en socorro de las numerosas víctimas, por Decreto del 28 de diciembre de 1945, se concede la Gran Cruz de Beneficencia con distintivo negro y blanco y el título de Muy Humanitaria.

 

Puerta de la muralla, Arévalo

Iglesia de San Martín, Arévalo

San Zacarías siglo XII, Arévalo

Escudo de Arévalo

Tafsira de El Mancebo de Arévalo

Plaza de la villa, Arévalo

Iglesia de S. Juan de la Cruz, Fontiveros

Reina Isabrl I de Castilla

Puerta de Arévalo

La Lugareja, románico-mudejar, Arévalo

 

Mª Lourdes García Jiménez