A Mis Hijos

 

 

 

 

Quise ser yo la coraza,

que protege a los guerreros,

de los golpes de la vida,

solo, para protegeros,

pero solo fui la lanza

que os causó miles de heridas,

los golpes os los di yo

creyendo que os protegía,

 

Quise ser la forjadora

de vuestras futuras vidas,

moldeando vuestros barros

con mis manos ateridas,

pero solo fui la juez

que firmemente oprimía,

vuestras ganas de nacer,

por querer forjar la mía.

 

Quise ser yo la maestra

que os guiara y enseñara

a sostener los envites,

a evitar vuestras caídas,

pero solo fui el martillo

que asestó tan duro golpe,

con el que pronto aprendisteis

la dureza del camino.

 

Quise ser yo la miel

que endulzara vuestra boca,

y evitaros la amargura

que el desengaño provoca,

pero solo fui la hiel

amarga como las tueras

que me forzaba a creer

que era la mejor manera.

 

 

Ma  Lourdes García Jiménez

Agosto1990

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

    

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