Primeros viajes portugueses: ¡Rumbo a la India!
La navegación para explorar el Océano Atlántico tuvo un gran empuje a principios del siglo XV gracias a Enrique, conocido como el Navegante, hijo del Rey de Portugal que empleó muchos recursos económicos para desarrollar una ruta marítima hacia las Indias (como se llamaba a Oriente) bordeando el continente africano.
Portugal quería alcanzar la India rodeando el continente africano. Muchas expediciones irán poco a poco navegando cada vez a más distancia hasta llegar al extremo sur de África y luego a la India. Pero viajar hacia la India no era tarea fácil. Los navegantes no tenían mucha experiencia y no conocían mucho más allá de las costas europeas. Además las embarcaciones no eran las más adecuadas para un viaje tan largo y era muy difícil orientarse en navegación en mar abierto.
En el año 1438 Enrique el Navegante ante todas estas dificultades fundó un centro naval en Sagres. Una escuela naval situada cerca del Cabo de San Vicente, al suroeste de Portugal. Allí realizó Don Enrique un gran esfuerzo para mejorar las naves. Contrató a expertos cartógrafos para que se encargaran de mejorar los mapas e iban organizando las diferentes expediciones formando marineros. Los técnicos y expertos, en muchos casos extranjeros, se reunían en Sagres para construir nuevos instrumentos de navegación, dibujar nuevos mapas y mejorar las carabelas para poder afrontar las expediciones.
Durante las Cruzadas del siglo XII y posteriormente, muchos aventureros europeos se habían sentido atraídos por el desarrollo de la navegación. Algunos elementos habían permitido que los navegantes con espíritu aventurero se animaran a salir del ámbito del Mar Mediterráneo. La brújula permitía conocer el rumbo y el astrolabio junto con las cartas estelares, permitía determinar bastante bien la posición de los buques. Otros novedosos instrumentos como el cuadrante fueron muy importantes para orientarse sobre mapas cada vez más precisos y amplios.
Las expediciones marítimas impulsadas por Enrique el Navegante y tras su muerte, por su sobrino el Rey Juan II de Portugal, llevaron a los portugueses a ir descubriendo y asentándose progresivamente en las costas de África hacia el sur. Fueron los portugueses los primeros en lanzarse al Océano Atlántico. Tras sufragar el descubrimiento de las Canarias en 1336, hallaron Madeira y las Azores.
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