Las normas de acentuación del
castellano son fáciles de aprender; la mayor dificultad suele
estar en utilizarlas sistemáticamente en los textos ordinarios.
Solo el hábito y el interés por expresarse con corrección
conducirán al dominio práctico de las mismas.
Esa misma práctica y la autoevaluación pueden ser métodos suficientes para conseguir lo que pretendemos. Por ello, nada mejor que contar con numerosos ejercicios. Como casi todas las cosas, si te lo propones en serio, te resultará fácil.
¡Date ese gustazo! Utiliza el castellano escrito con respeto a sus normas ortográficas. Las tildes no son adornos, son elementos importantes para la correcta expresión de ideas, sentimientos y emociones. No deben colocarse ni por defecto ni por exceso: han de ser las justas, ni más ni menos.
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