La sal es cloruro sódico (está formada por la unión de dos elementos químicos: cloro y sodio). Cuando entra en contacto con las moléculas de agua, estas son capaces de separar los átomos de cloro y sodio, que quedan con cargas eléctricas negativa y positiva, es decir, en estado iónico. Al cabo de un rato (y mejor agitando) la sal se ha disuelto, lo que quiere decir que sus átomos se han separado y mezclado de forma homogénea con las moléculas de agua.