La Digestión La digestión es la transformación de los alimentos que comemos en sustancias más sencillas para que el organismo pueda consumirlas mejor. Para que todo este proceso se pueda llevar a cabo interviene el Aparato Digestivo.
El aparato digestivo está compuesto por un tubo largo y grandes glándulas asociadas, siendo su función la transformación de las complejas molécula de los alimentos en sustancias simples y fácilmente utilizables por el organismo.
Estos compuestos nutritivos simples son absorbidos por las vellosidades intestinales, que tapizan el intestino delgado. Así pues, pasan a la sangre y nutren todas y cada una de las células del organismo.
El Aparato digestivo está compuesto por:
boca, esófago, estómago, intestino delgado e intestino grueso.
¿Sabes qué es lo que ocurre desde que te tomas un alimento hasta que es expulsado al exterior por el ano?...Muy sencillo...
En la boca ya empieza propiamente la digestión. Los dientes trituran los alimentos y las secreciones de las glándulas salivales los humedecen e inician su descomposición formando el bolo alimenticio. Éste cruza la faringe que con la presencia de un válvula que abre en el momento de tragar, hace que el alimento siga por el esófago y llega al estómago, una bolsa muscular de litro y medio de capacidad, que agita el alimento y lo mezcla con los jugos gástricos.
A la salida del estómago, el tubo digestivo se prolonga con el intestino delgado, de unos siete metros de largo, aunque muy replegado sobre sí mismo. En su primera porción o duodeno recibe secreciones de las glándulas intestinales, la bilis y los jugos del páncreas. Todo esto hace que las sustancias servibles pasen a la sangre.
El tubo digestivo continua por el intestino grueso, de algo mas de metro y medio de longitud. Su porción final es el recto, que termina en el ano, por donde se evacuan al exterior los restos de alimentos que el organismo no asimila.
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