Pertenece a este grupo la jirafa. Es un animal mamífero y salvaje que vive en la sabana africana.

El sello característico de esta especie son sus formas longuilíneas. La jirafa tiene patas y cuello especialmente largos, esto hace que sea el animal terrestre más alto. Suele llegar a medir de 5 a 5'5 metros y pesar entre 1100 y 2000 kg.

En su cabeza, las jirafas poseen dos cuernos y una pequeña protuberancia en el medio de la frente. La boca es distinta de los otros rumiantes: su labio superior está recubierto de pelos y es más alargado. Tiene una lengua que llega a medir 50 cm. Con esta excepcional longitud le permite limpiarse las orejas. El pelaje es de color amarillo, sembrado de manchas bastantes grandes, de formato irregular y color pardo claro u oscuro.

La jirafa es un animal que vive en grupos de 15 a 20 individuos aproximadamente, sin jerarquía ni coordinación en las actividades de la manada. También, la composición de estas manadas es variable, algunas cambian de manada en determinadas ocasiones. Las jirafas son animales tímidos, prefieren huir antes que enfrentarse a los posibles depredadores, principalmente los leones, pero en caso de verse acorraladas o defendiendo a sus crías, las jirafas dan pelea utilizando sus enormes patas. Con ellas dan grandes golpes, que debido al tamaño de este animal suelen ser mortales o muy dañinas para sus eventuales enemigos. En caso de huir, es un animal muy veloz, pudiendo alcanzar velocidades de hasta 60 km. por hora. Contrariamente a lo que la mayoría de la gente piensa, cuentan con un rudimentario sistema de comunicación similar a los mugidos de las vacas, que lo usan para alertarse mutuamente de virtuales amenazas o para localizar a sus crías, en caso de haberlas perdido de vista.

El régimen alimenticio de la jirafa armoniza con su conformación física; come las hojas de los árboles, para lo cual le sirve su larga lengua. Las que viven en el sur de África prefieren las ramas y hojas que tienen espinas, porque sus labios y su lengua son insensibles.