Las tribus germánicas
que invadieron el Imperio Romano a principios de la Edad Media, luchaban
por lo general a pie y con hachas y espadas. Las únicas armaduras
que solían usar eran cascos y escudos. Se No todas las tribus germánicas
luchaban a pie. Una excepción eran los godos,
que se habían acostumbrado a la caballería desde su asentamiento
al norte del Mar Tras la caída de Roma, la mayoría de las guerras que tuvieron lugar en Europa se realizaron con soldados de infantería. Una excepción podría haber sido la lucha de Arturo de Inglaterra contra los invasores sajones, aunque no tenemos pruebas de que su éxito se debiera al uso de la caballería. En estos primeros siglos, la
lucha rara vez implicaba a grupos que pudieran ser descritos como ejércitos.
Se trataba de las mismas bandas armadas de épocas anteriores, con
tácticas y estrategias limitadas. Las principales actividades militares
eran las A principios del siglo VIII, la España visigoda cayó ante los guerreros del Islam, muchos de los cuales luchaban con caballería ligera. En el 732, un ejército de infantería franco derrotó a la caballería musulmana cerca de Poitiers lo que puso fin a la expansión musulmana hacia el norte. Carlos Martel, líder guerrero de los francos, quedó impresionado por la caballería mora y emprendió la reforma de parte de su ejército. Esta fue continuada en años posteriores por el gran rey de los francos Carlomagno. La caballería pesada franca fue el origen del caballero armado que llegó a representar las luchas medievales. Durante 30 años, Carlomagno
llevó a cabo campañas militares que incrementaron el tamaño
de su imperio. El ejército franco estaba formado por la infantería
y la caballería armada, pero la caballería fue su fuerza
principal y más impresionante. Podía moverse con rapidez
y dirigir duros ataques a los enemigos, que luchaban en su mayoría
a pie. Las campañas de Carlomagno eran invasiones con fines económicos
en las que se quemaba, saqueaba y devastaba al enemigo hasta lograr su
rendición. |