(Ciconia ciconia) Es una de las aves más conocidas de los humanos. Tanto en vuelo como posada se caracteriza por su gran talla, pico y patas rojos y el plumaje enteramente blanco a excepción de las rémiges, es decir, las plumas del vuelo, que son negras. Los jóvenes resultan idénticos, si bien las patas y el pico son pardos verdosos en lugar de rojos. Es un benefactor ya que su tipo de alimentación está basado en animales molestos y perjudiciales para el hombre. Generalmente insectívora, con especial dedicación a los ortópteros, es decir, a las langostas y saltamontes. El cortejo de la pareja comienza cuando la hembra y el macho se encuentran en el campo y ella picotea los tarsos de él, si éste la acepta se agachará emitiendo unos extraños gorgejos. La instalación del nido como podemos ver en muchos de nuestros pueblos y ciudades se hace sobre campanarios aunque últimamente se están instalando también sobre torres de tendido eléctrico y artificiales. Suele ser voluminosos. Ponen entre tres y cinco huevos y el macho, generalmente por las tardes, releva a la hembra en la incubación de los mismos. La tarea de alimentarlos recae en los dos padres. |
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