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- Iban juntas las tres niñas
- redonditas y pequeñas
- y por eso las llamaban
- manojito de cerezas.
- Crecieron las tres iguales
- en bondades y bellezas
- y una hubo de casarse
- por asuntos de una herencia.
- El marido forastero
- que venía de las Américas
- a los tres días de la boda
- se la llevaba a su tierra.
- Quedaron las dos cuitadas
- sumidas en la tristeza:
- "Adiós, hermana
querida,
- que nos desgaja tu
ausencia".
- Ya las dos no comían
- ya las dos adelgazaban
- ya de noche, ya de día
- ¡Ay hermanita querida,
- que nos consume tu
falta!"
- y más y más se consumen
- las dos en una
abrazadas.
- Una noche de frío marzo
- sacó sus garras el viento
- y a una de las dos cerezas
- se la llevó por los cielos.
- Quédó solita la sola
- que del manojo quedaba
- y se ha asomado al espejo
- por ver si se consolaba
- y allí en el espejo ha
visto
- que no se veía nada
- que no se veía nada.
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