Francisco José Briz Hidalgo
Cuentan cuentos de Castilla
que una tarde de verano
un hidalgo fatigado
buscando estaba posada.
Recorrió pueblos y villas
sin hallar lumbre ni cama
y cuando el sol se ocultaba
tras los cerros de Sevilla,
al revolver un recodo,
apareció una masía
con chimenea y establo
y en la fachada de piedra
un gran cartel que decía:
«La posada del ingenio».
Con presteza y alegría
se acercó, raudo, a la puerta,
para hacer sonar la aldaba.
Abrió, al momento, un mancebo
que preguntó muy ufano:
- ¿Qué buscáis aquí, viajero?
- Cena y cama, posadero.
- Pues debéis saber, señor,
que en esta humilde posada
sólo duerme en su interior
aquel que prueba su ingenio.
- Demostrallo yo quisiera
y poder dormir adentro.
- Se trata de resolver
una cuestión bien sencilla:
¿cuántas personas se alojan
aqueste día en la fonda?
y sepa vuestra merced
que del total de viajeros
la mitad llegó a caballo,
otro tercio en carruaje
y la sexta parte andando.
Cerró la puerta el mancebo
y... tras pensar asaz rato
llamó de nuevo el viajero:
- Disculpadme, posadero,
con las señas que habéis dado
no es posible averiguar
la solución deste enredo.
- ¡Tenéis razón, caballero!,
os daré otro dato más:
la cifra que representa
la mitad de los viajeros,
cabalgando va entre versos
deste romance de cuento.
- En ese caso me atrevo
a daros ya la respuesta...
La solución fue correcta,
ansí el hidalgo sagaz
pudo por fin reposar
de su viaje agotador.
¿Os atrevéis vos, lector,
a solventar el misterio
que se oculta en la posada,
«la posada del ingenio»?
Resuelto por José L. Sánchez Garrido, Felipe Cárdenas Correa, Gerardo Noriega Rivero y Camino Fernández Vallejo.