Las funciones del sueño
En contraposición con el estado de vigilia, el sueño se caracteriza por los bajos niveles de actividad fisiológica, (presión sanguínea, respiración, latidos del corazón), y por una respuesta menor ante estímulos externos.
La cuestión más difícil e importante sobre el sueño es conocer su función. Parece evidente que cumple dos funciones biológicas interelacionadas. Por una parte juega un papel importante en la regeneración orgánica y cerebral, facilitando la síntesis de macromoléculas: proteínas y ácidos ribonucleicos. Por otro lado está la regeneración de los procesos mentales como la fijación de la atención, los mecanismos conscientes, las habilidades cognitivas finas y las que tienen que ver con la relación social.
Necesidades de sueño
Los problemas del sueño se dividen en tres clases: el insomnio, que se caracteriza por la dificultad para quedarse dormido o para permanecer dormido; la hipersomnolencia, que consiste en una demanda grande de sueño o somnolencia durante el estado de vigilia, como en el caso de la narcolepsia; y episodios nocturnos, tales como los terrores nocturnos, las pesadillas y el sonambulismo.
A medida que te desarrollas, cambian tanto la distribución como las necesidades totales de sueño durante un periodo de 24 horas. El recién nacido necesita dormir entre 16 y 18 horas, tiempo que disminuye a unas 14 o 15 horas cuando alcanza el año, entre 10 y 12 horas a los cuatro años y a menos de 10 horas a los diez años.
¿Cuantas horas duermes al día?
Pincha el número y sabrás si es tiempo suficiente.