Los primeros humanos |
Homo habilis |
Son
los primeros homínidos clasificables en el género Homo
(humano) que fueron encontrados también en el este y en el sur de África.
Se clasifican en la especie Homo habilis, que vivió en
las sabanas africanas (espacios abiertos y secos) desde hace unos dos
millones y medio de años hasta hace poco más de un millón
de años, en coexistencia, como hemos dicho, con los australopitecos.
Los restos fósiles encontrados por el matrimonio Leakey, en 1959, en las gargantas de Olduvai (Tanzania) revelan que eran individuos de unos 140 cm de altura, con una capacidad craneal de unos 700 cm3 de promedio y un esqueleto con rasgos anatómicos más modernos que los de los australopitecos y con piezas dentarias más pequeñas.
El nombre asignado a esta especie (habilis) hace referencia al hecho de que estos humanos son los primeros talladores de tenían la capacidad técnica para fabricar utensilios. Fabrican las primeras herramientas de piedra y son cantos rodados y piedras talladas toscamente por una cara (choppers) o por dos (chopping tools).
Esta especie humana también construyó algunos parapetos para protegerse del viento (se ha encontrado la presencia de círculos de piedras), realizaron cierta organización del espacio (lugares para el despiece de los animales); por tanto, empezaron a modificar las condiciones naturales del hábitat para adaptarlas a sus necesidades.
Los
análisis al microscopio electrónico de las muescas de desgaste
de la dentadura, junto con otras evidencias indirectas, muestran que su dieta
incluía la carne, sin embargo no podemos decir que fueran todavía
cazadores, practicaban más bien una actividad de carroñeo.
Probablemente solían aprovechar el tuétano de los huesos procedentes
de los despojos de la caza de otros depredadores. Los cantos tallados serían
utilizados para fracturar el hueso y extraer el tuétano. También
utilizarían los instrumentos de piedra para cortar plantas y triturar
ciertos productos vegetales duros.
El Homo habilis todavía no conocía el uso del fuego, ni tampoco estaría en posesión de un lenguaje articulado, aunque en los moldes de un cráneo de un Homo habilis se ha observado que tenían una circunvolución de Broca bastante desarrollada.