Mitos de las constelaciones del norte: Cassiopea.

Por lo general, las fuentes para denominar las constelaciones eran los mitos sobre los dioses, las leyendas sobre héroes legendarios y sucesos relacionados con éstos, los distintos animales y, finalmente, los instrumentos de producción utilizados por los pueblos en la vida cotidiana.

 

Así, al conocido grupo de siete estrellas brillantes, cuya forma se parece a un cazo, los griegos antiguos le dieron el nombre de Osa Mayor. Si a dicho grupo se le añaden las estrellas débiles situadas cerca del cazo, se puede con suficiente fantasía trazar los límites de esa constelación, de modo que recuerden las formas de un gran animal. Un mito griego cuenta que la ninfa Calisto fue transformada por Hera, esposa celosa de Zeus, en osa, la cual durante una cacería fue muerta por los perros azuzados por su hijo Arcade (Boyero). Zeus la inmortalizó colocándola en el cielo, donde formó la constelación de la Osa Mayor. Cerca de ésta, se disponen también sus perseguidores: el Boyero y los Perros de Caza (Lebreles). De todas formas, ya en la Grecia antigua se designaba a la Osa Mayor con el nombre de Carro, lo cual menciona Homero en la Odisea.

 

Los romanos  también veían en esa zona del cielo un carro y como utilizaban generalmente bueyes para tirar de los carros, llamaron a esta figura formada por 7 estrellas "los siete bueyes", que en latín se escribe "septen triones". De aquí deriva la palabra septentrión para designar el norte.

 

 

Las constelaciones relacionadas por la mitología se encuentran próximas en el firmamento. Es el caso por ejemplo de Casiopea, Cefeo, Andrómeda, Perseo y Pegaso. El rey etíope Cefeo y su esposa Casiopea tenían una hija, la bella Andrómeda. Orgullosa de la belleza de su hija, Casiopea anunció que Andrómeda era más hermosa que cualquiera de las nereidas, bellas jóvenes residentes en las profundidades del mar, hijas numerosas de Nereo, el dios del mar Egeo. Las nereidas ofendidas  se quejaron al principal dios del  mar Neptuno (Poseidón), quien se enfureció y mandó a un monstruo (Ballena) que devoraba a las personas en las costas de Etiopía. Un oráculo etíope predijo que el país podría librarse del monstruo si se sacrificaba a Andrómeda. Y así lo hicieron. Andrómeda fue encadenada a una roca del litoral; sus brazos abiertos hacia ambos lados y encadenados están representados por una cadena de estrellas brillantes. Al mismo tiempo Perseo, un joven héroe, cumpliendo la orden de su soberano Polidectes, rey de la isla Cerifos en el mar de Creta, penetró  en la guarida de la medusa monócula, mujer monstruo, que en lugar de cabellos tenía serpientes y transformaba en piedra  a todo lo que miraba. Perseo sorprendió a Medusa durmiendo, pero por si acaso se le acercó de espaldas, mirando el reflejo de la misma en su escudo pulido. Cuando Medusa fue decapitada por Perseo, de su torso nació el caballo alado Pegaso. Perseo tomó la cabeza de Medusa y regresó volando en Pegaso. Pero por el camino a su tierra vio a Andrómeda atada a una roca y a un monstruo a punto de devorarla. Perseo dirigió la mirada de Medusa hacia el monstruo, el cual quedó petrificado. Como premio Perseo obtuvo la mano de Andrómeda, con la que se casó.

 

PARA SABER MÁS:

http://www.iespana.es/astrosirio/Mitologia.htm