Origen de las constelaciones.

Las constelaciones más antiguas, como Leo y Tauro, se cree que se originaron alrededor del año 3,000 a.C. en Mesopotania. Los Babilonios usaron las constelaciones como referencias para marcar la posición del Sol, la Luna y los planetas. Los egipcios tomaron algunas de las constelaciones de los babilonios,  los griegos tomaron otras de los egipcios. Nosotros indirectamente heredamos todos esos conocimientos por medio de los romanos.

 

Desde las épocas más antiguas, y aún en la Edad Media, período dentro del cual las observaciones de los astrónomos árabes fueron muy importantes, se acostumbró darle nombres a las estrellas. Tal fue el caso de las estrellas llamadas Sirio, Aldebarán, Altair o Antares.

Además de darle un nombre a las estrellas, los antiguos observadores sintieron la necesidad de describir su posición en el cielo. En este intento, empezaron a elaborar los primeros catálogos estelares, los cuales eran libros en los que se documentaba el nombre y la posición de cada estrella en la esfera celeste. El primer catálago estelar conocido fue confeccionado por Hiparco, alrededor del siglo segundo antes de nuestra era. Este catálogo contenía cerca de 1000 estrellas.

 

En la medida que el número de estrellas catalogadas iba creciendo, así también fue cambiando la forma de nombrarlas. Desde el siglo XVII, a las estrellas de cada constelación se las empezó a designar con las letras del alfabeto griego. En los catálogos y mapas del cielo Uranometría de Johannes Bayer (1603), a la estrellas se las llamó por una letra griega seguida por el nombre de la constelación a la que pertenecían. Bayer utilizó las primeras letras para designar las más brillantes y las últimas letras para las más pálidas. Por ejemplo, a la estrella más brillante de la constelación de Tauro se le llamó la "aTauro" (Aldebarán), a la estrella que le seguía en brillo la " bTauro", a la que ocupaba el tercer lugar la " gTauro", y así sucesivamente. Actualmente el número de estrellas clasificadas fácilmente sobrepasa los quince millones.

 

En los tiempos modernos, una constelación se define como una zona de cielo delimitada de una manera muy precisa y que permite ubicar sin ninguna confusión a cada estrella, planeta, galaxias, o cualquier astro que se observe dentro de ella. En esta nueva concepción es conveniente darse cuenta de que las estrellas de una constelación no necesariamente tienen alguna relación física entre ellas. De hecho, espacialmente unas pueden estar muchísimo más alejadas que otras y moverse en diferentes direcciones. De acuerdo con la Unión Internacional de Astronomía UAI, desde nuestra perspectiva de la Tierra, el cielo se divide en 88 constelaciones.

 

 

PARA SABER MÁS:

http://www.iespana.es/astrosirio/Mitologia.htm