El carajillo o carrasclás es un instrumento de percusión muy popular en muchos pueblos de España. Se construye con un pequeño recipiente de madera o media cáscara de nuez y un palito y sirve para acompañar rítmicamente los cantos.
QUÉ NECESITAS
Media cáscara de nuez mediana o grande. Un estilete o un cuchillo filoso. Hilo fuerte, de cáñamo, nylon o cualquier otro material resistente. Una aguja gruesa o un tornillo fino. Un palito plano de madera de unos 6 x 0,6 x 0,3 centímetros.
CÓMO SE CONSTRUYE
1. Parte una nuez y elige la mitad que ha quedado más entera. Límpiala por dentro, dejándola lo más lisa posible. 2. Corta el extremo más fino. 3. Practica dos agujeros pequeños a ambos lados y a unos 5 o 10 mm. del extremo seccionado de forma que puedas pasar por ellos la cuerda. 4. Inserta la cuerda pasándola por los dos agujeros y ata los bordes tensándolos ligeramente. 5. Introduce la tablilla entre los dos segmentos de la cuerda y gírala cuidadosamente varias veces de forma que el hilo se retuerza sobre sí mismo, quedando como un muelle. (Si lo tensas mucho, la cáscara puede romperse).
CÓMO SE TOCA
Pulsando el extremo del palito que sobresale con el dedo índice o con todos los dedos de la mano (excepto el pulgar) si queremos producir ritmos más complicados.