El ratón de la corte y el del campo
Un Ratón cortesano
convidó con un modo muy urbano
a un ratón campesino.
Diole gordo tocino,
queso fresco de Holanda,
y una despensa llena de vianda
era su alojamiento,
pues no pudiera haber un aposento
tan magníficamente preparado,
aunque fuese en Ratópolis buscado
con el mayor esmero,
para alojar a Roepán Primero.
Sus sentidos allí se recreaban;
las paredes y techos adornaban,
entre mil ratonescas golosinas,
salchichones, perniles y cecinas.
Saltaban de placer, ¡oh qué embeleso!,
de pernil en pernil, de queso en queso.
En esta situación tan lisonjera
llega la despensera.
Oyen el ruido, corren, se agazapan,
pierden el tino, mas al fin se escapan
atropelladamente
por cierto pasadizo abierto a diente.-¡Esto tenemos! -dijo el campesino-
Reniego yo del queso, del tocino
y de quien busca gustos
entre los sobresaltos y los sustos.
Resolved vosotros mismos el final del poema, elaborando una moraleja que conste de cuatro versos que rimen el primero con el segundo y el tercero con el cuarto. Una vez terminada, imprimidla y dádsela a vuestro profesor o profesora para su corrección y posterior lectura en el aula:
Comienza tu estrofa: |
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Ahora, valorad el final creado por el autor:
Volvióse a su campaña en el instante
y estimó mucho más de allí adelante,
sin zozobra, temor ni pesadumbres,
su casita de tierra y sus legumbres.
SAMANIEGO, Félix María: Fábulas.