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FALSO
AMANECER. LOS ENGAÑOS DEL CAPITALISMO GLOBAL
John Gray
Barcelona. Editorial Paidós. 2000. 302 págs. |
Publicado en Londres en 1998, el libro de John Gray, False Dawn, fue
traducido al español como Falso Amanecer. Los engaños
del capitalismo global en 2000. Estamos ante un libro importante
y muy controvertido desde el momento de la aparición de su
primera edición, referencia, me atrevería a sugerir
de cuantos análisis posteriores se han escrito. La esencia
de la documentación utilizada por Gray se encuentra en numerosas
obras editadas en el ámbito anglosajón a mediados de
los años noventa, algunas de cuyas tesis son ya objeto de una
evidente revisión, pero que constituyen en definitiva puntos
de vista solventes y lo que es más importante, muy útiles.
Es el de Gray, profesor de pensamiento Europeo de la London School
of Economics, un libro triste, casi desesperanzador, y por ello
brutalmente honesto, sobre la naturaleza y los efectos de la gran
aventura en la que se ha embarcado la humanidad en los últimos
veinte años, cuyo efecto transformador deviene del proceso
histórico que conocemos como globalización. Con el
libro de Gray recuperamos de alguna manera la Historia, porque
el autor nos enfrenta al análisis de nuestro tiempo desde
la perspectiva del cambio incontenible e incontrolable. Falso
amanecer rompe esta tendencia con que son observados los temas
de la globalización y, mediante algunas propuestas como la
de conferir intencionalidad política a las decisiones acerca
del desarrollo del mercado global, concede la categoría de
históricos a los comportamientos más recientes del
sistema capitalista, y otorga con ello pleno sentido a la lectura
de que estamos en el comienzo de una nueva era.
Sin embargo, como dijimos, no es de Gray un tono de esperanza.
Este autor hace énfasis en la denuncia de lo que juzga como
un sufrimiento innecesario de sectores extensísimos
de la humanidad, fruto de los enormes fallos del proyecto neoliberal.
Porque -se encarga Gray de afirmar con contundencia- el libre mercado
no es una consecuencia natural que surge cuando los poderes dejan
de interferir en el mercado. Antes bien, surge de la voluntad política
de los Estados centralizados. Un vistazo a la historia del laissez-faire
ilustra la responsabilidad de las sociedades occidentales en el
nacimiento de este orden de cosas.
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