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LA IRA DE DIOS.
LOS NAVARROS EN LA ERA DE LA PESTE (1348-1723)


Peio J. Monteano
Pamplona. Editorial Pamiela. 2002. - págs.

Aunque el título de este libro puede llevar a pensar que es un estudio muy concreto del espacio navarro, la realidad es que se trata de una monografía con referencias mucho más amplias, pues tomando como base la documentación de ese territorio, el autor hace una exposición sobre la peste negra o muerte negra válida para todo el espacio de la Península Ibérica, o incluso para buena parte del territorio europeo.

El marco temporal queda definido entre la primera y la última de las embestidas de esta epidemia, que si comenzó en 1348 hizo su aparición de forma recurrente hasta el siglo XVIII. Adelanta la llegada de la peste a la Península Ibérica, pues si se había afirmado que no había llegado al reino de Navarra hasta el otoño de 1348, él considera que ya antes del verano los efectos de la peste se habían hecho notar en el espacio navarro, y por tanto, teniendo en cuenta que la epidemia viajaba por tierra (a unos cien kilómetros al mes), buena parte de los Pirineos y otras zonas del territorio de la Península Ibérica estarían ya contagiados antes de esa fecha.

Siguiendo los ataques más furibundos de la enfermedad, el autor estudia aspectos muy diversos. Por una parte resalta el papel de la peste en aspectos tan variados como la economía, la política o las mentalidades; señala el reflejo de la epidemia en las manifestaciones culturales, el arte y la literatura; no olvida analizar la respuesta de las gentes de la época ante un desastre de tal índole para el que no tenían muchos más remedios que los de acudir al socorro divino, aunque procuraran tomar medidas para prevenir el contagio y evitar la infección.

Aunque resulta difícil entender el clima de terror de hace más de medio milenio, las respuestas de los seres humanos ante una epidemia de tal categoría se pueden ver de forma no muy diferente en los casos en que nuevas enfermedades de carácter epidemiológico hacen su entrada en el mundo. De hecho el autor apunta el interés de tomar como modelo esa enfermedad medieval, precedida de una situación calamitosa de hambrunas, para exponer la torpeza de los tiempos actuales en los que se mantienen a grupos enormes de la sociedad en estados nefastas, y que son posibles focos de origen y expansión de graves epidemias.