Me llamo Aladino. Os voy a contar mi
        historia. 
        Yo vivía con mi madre en un pueblo de Arabia. Éramos
        muy pobres. Un día, mi madre me mandó a comprar unos
        dátiles. En el bazar, vi una preciosa lámpara de
        bronce.  Compré la lámpara sin pensarlo más.
        Mi madre me regañó:
        - Necesitamos comida y tú traes ese trasto viejo.
         Moriremos de hambre.
        -Todo se arreglará, Madre. 
        De pronto oí voces.
        - ¡Sacadme de aquí!
        Como la voz salía de la lámpara, levanté la tapa.  Del
        orificio de la lámpara salió un genio y el genio me
        habló.
        - Pídeme lo que quieras. Soy tu servidor.