Aquello era Babilonia. Al hablar los loros, cada uno en su idioma, parecía
la torre de Babel, donde se confundieron las lenguas.
Del francés y el castellano
hicieron tal pepitoria.
Mezclaron los dos idiomas como si se tratara de
combinar los ingredientes de una comida.
Pero por tacha afrentosa. Para ponerla en vergüenza, para ofenderla.
Vos no sois que una purista. No eres más que una purista. De las que defienden
el castellano frente a las influencias del francés.