Más o menos así:
Antonio preguntó a Inés que cuándo le iba a enseñar a tocar la guitarra. Ésta, algo impaciente, le llamó pesado y recordó que ya lo había intentado el verano anterior y que lo único que él había hecho era reírse. El chico insistió asegurando que en esta ocasión se lo tomaría en serio. Ella, convencida, le dijo que fuera al día siguiente a su casa para empezar las clases. Antonio pidió entonces a Inés que le prestara la guitarra de su hermano, a lo que ella respondió que tendría que pedírsela a él mismo.