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Actividad de lectura
EL PERRO Y EL HUESO (1ª Parte)
Había una vez un perro que solía merodear cerca de la puerta trasera de una carnicería, esperando que alguien le echara un hueso. Siempre que el carnicero se le acercaba, el perro lo miraba con ojos lastimeros y gemía un poco para que se apiadara de él y le diese algo, pero el hombre siempre exclamaba:
- ¡No tengo nada para los mendigos! ¡Fuera de aquí!
Pero el carnicero tomó un muchacho a su servicio para que le ayudara en la tienda. Era bondadoso, y a veces, cuando el dueño no podía verlo, echaba trocitos de cerdo al perro. Él se los tragaba en seguida, para no atraer a ningún otro perro.
- Come, Bienve, come -le decía, enternecido, el muchacho-.
Pronto otros perros comenzaron a visitar la parte trasera de la carnicería. El muchacho les daba lo que podía, pero siempre guardaba los mejores trozos para su preferido.
Un día, el pequeño ayudante del carnicero pudo disponer de un gran hueso de jamón. Tan pronto como vio al perro, se lo puso en la boca diciéndole:
- Toma, para ti, Bienve. Que nadie te lo quite.
1.- ¿Por dónde solía merodear el perro?
2.- ¿Cómo se llamaba el perro preferido del ayudante del carnicero?
3.- Vamos a suponerle una edad al ayudante del carnicero.
17 años
8 años
40 años
60 años
4.- ¿Qué hacía el perro cuando veía al carnicero? y
5.- ¿Qué esperaba el perro que le echaran?
6.- ¿Cómo era el ayudante del carnicero?
7.- ¿Qué le gritaba el carnicero al perro? ¡
! ¡
!
8.- ¿Qué premio exquisito le guardó el ayudante a su perro preferido?
9.- ¿Cómo crees que era el dueño de la carnicería? ¿Quería a los animales?
Ejercicio para tu cuaderno
10.- Invéntate un diálogo entre el ayudante y Bienve.