Poema: El señor invierno
El señor invierno
llegó de repente
de poncho, bufanda,
paraguas y lentes.
Ayer lo trajeron
como pasajero
las locomotoras
de los maniseros.
Se queda mirando
llover a torrentes
con un cucurucho
de maní caliente.
Se va por los campos
comiendo naranjas,
poniéndole piso
de vidrio a las zanjas.
Y un sapo se lleva
un susto profundo
por lo resbaloso
que se ha vuelto el mundo.
Y el sol sale tarde
todas las mañanas...
Qué suerte que puede
quedarse en la cama...
Ariel Badano
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