Se llaman también enfermedades venéreas, la mayoría son producidas por microorganismos y se transmiten por contacto sexual; la forma más común de contraerlas es el coito, pero existen otras formas de relaciones sexuales que pueden contagiarlas. Afectan al área genital y también pueden afectar a otras partes del cuerpo, ya sea debido al contacto directo o porque la enfermedad se extiende por el cuerpo.
Algunas de estas enfermedades son: 1. Sífilis: Enfermedad producida por una bacteria. Cuenta con varias fases:
2. Gonorrea: ETS producida por una bacteria.
A veces no da síntomas pero se puede contagiar. La infección se inicia en la uretra, recto, garganta y cuello uterino (en mujeres) y produce irritación, aumento de flujo vaginal o pequeña secreción de pus (por el pene). Puede extenderse a otras partes del cuerpo y pasar de madre a hijo durante el parto, causándole lesiones como ceguera y neumonía. Se trata con grandes dosis de antibióticos. 3. Herpes oral y genital: Producido por el virus del herpes oral (bucal) o genital según el caso. Es muy común. Una vez contagiado no desaparece del organismo, periódicamente reaparecen los síntomas, especialmente en períodos de cansancio, estrés, enfermedad, etc. El genital es similar al oral y afecta a ambos sexos, particularmente a personas que no han tenido el bucal. Se contagia durante el acto sexual o por prácticas orales con alguien que lo tenga. Después de unos 10 días de incubación, aparece una sensación de picor, seguido de ampollitas, que posteriormente se revientan dejando úlceras dolorosas. Se trata con medicamentos antivíricos que alivian los síntomas, pero pueden volver a aparecer, pues no se cura.
6. Hepatitis B: Producida por el virus de la hepatitis B. Se transmite principalmente a través de la sangre, el semen y los líquidos vaginales; y también por líquidos del cuerpo como la saliva, las lágrimas y la leche materna. Se contagia por uso compartido de jeringuillas, maquinillas de afeitar, agujas de tatuaje, mediante relaciones sexuales de todo tipo, cepillos de dientes, cortauñas, o de madre a hijo durante el parto. Muchas personas infectadas no tienen síntomas pero son portadoras. Otras manifiestan síntomas como cansancio, falta de energía, pérdida del apetito y de peso, fiebre, hígado hinchado y sensible al tacto, etc. Puede acabar con cáncer de hígado. No existe tratamiento, lo mejor es el reposo y llevar una vida sana, sin consumo de alcohol (pues afecta mucho al hígado). Puede prevenirse mediante vacunación. 7. Papilomas: Causados por el virus del papiloma humano (VPH). ETS muy extendida que se manifiesta por la aparición de verrugas en los genitales (condilomas), distintas en hombre y mujeres, aunque en ocasiones no da signos ni síntomas. En la mujer los condilomas son de color gris o rosa, pedunculados y suelen encontrarse en racimos. En el hombre suelen ser lisas y papilares en el pene, mientras que se asemejan a una coliflor en el periné. Existen más de 100 variedades del virus, 30 de las cuales pueden ser responsables de cáncer genital, especialmente en el cuello uterino. No tiene tratamiento eficaz, en ocasiones pueden eliminarse las verrugas mediante cirugía. Para evitar esta ETS lo mejor es utilizar preservativo en las relaciones sexuales.
8. SIDA: Enfermedad muy extendida en el Mundo producida por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), el cual destruye un tipo de células defensivas del organismo. Al debilitarse gravemente el sistema defensivo (o inmune), el paciente contrae otras enfermedades que una persona normal no suele tener. Las personas con SIDA son aquellas que manifiestan los síntomas. Existen otras personas que tienen el VIH pero no manifiestan síntomas, en este caso son portadores del virus, pero no tiene SIDA. Los enfermos de SIDA pueden morir de una infección o de algunos cánceres extraños, y necesitan tomar medicación para fortalecer su sistema inmune.
Este virus abunda en los fluidos vaginales, semen, leche materna y sangre de los enfermos o portadores de la enfermedad (seropositivos). Por lo que se transmite por transfusiones de sangre, por la placenta de la madre embarazada al hijo, por tener relaciones sexuales o compartir agujas, jeringas u objetos de higiene personal con una persona infectada. En la saliva, las lágrimas y la orina hay cantidades muy pequeñas del VIH, insuficientes para transmitir la enfermedad.
No existe tratamiento eficaz, por ahora, pero se ha conseguido convertirla en una enfermedad crónica, de manera que los enfermos pueden vivir muchos años siguiendo una vida casi normal.
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