¡Viento en popa!. Todo iba bien al principio pero el día 5 de septiembre se estropeó el timón de La Pinta y Colón decidió sustituir la carabela en las Islas Canarias. No pudo hacerlo y tuvo que repararla, además aprovechó para cambiarle también el velamen a La Niña. Por este motivo no partieron de Canarias hasta el día 6 de septiembre.
Colón evitó los vientos del oeste que soplaban en latitudes mayores y por eso viajó hacia el sur. Entre los paralelos 25 y 30 estos vientos contrarios no se dan, sino que la navegación hacia el oeste se beneficia de los vientos alisios que impulsan hacia el oeste, en dirección a lo que Colón pensaba que era el Extremo Oriente de Asia. Iban bien gracias a los vientos alisios, a unas 50 leguas diarias.
Colón informó de menos leguas de las que recorrían, tal y como nos dice Las Casas: “y acordó de contar menos de las que andaba, porque si el viaje fuese luengo, no se espantase, ni desmayase, la gente". El viaje entró en fase rutinaria en los días siguientes. Este viaje (de Canarias a América) duró poco más de cinco semanas y casi siempre con vientos favorables. Apenas nada teniendo en cuenta lo que tardó Vasco de Gama en llegar a la India, casi un año.
Escucha el relato:
volver atrás |