Escribe Pedro Salinas
en su ensayo El Defensor:
"...me parece
que el mal viene de haber dejado de tomar la enseñanza de
la lectura como un centro de actividad total del espíritu,
en cuya práctica se movilizan y se adiestran las cualidades
de la inteligencia, de la sensibilidad, se enseña a discernir
de valores morales y estéticos, en resumen, se educa al niño.
Y se ha angostado, a la adquisición de un mecanismo para
la comprensión elemental del alfabeto, sus signos y sus combinaciones
más sencillas. La criatura desdichada se queda en los puros
signos, no pasa a los significados. Y, en consecuencia, no sabrá
más tarde percibir el sentido de los libros, ni las cosas,
porque se le enseñó a leer por los sentidos, pero
sin sentido. Nada tiene sentido. Todo son palabras, que parpadean,
se agitan, llaman y en seguida se apagan, como las que refulgen
en el deslumbrante vocabulario sin alma de los anuncios luminosos."
Una
de las razones de la existencia de este programa informático,
realizado por un maestro con 25 años de experiencia docente,
es la de que a menudo me encuentro con alumnos que en los niveles
inferiores presentan problemas de comprensión lectora, o
la de alumnos que en niveles superiores presentan una actitud negativa
hacia la lectura. En ambos casos el problema es el mismo, lo que
lee, por su excesiva complejidad o por dificultades personales,
el niño no lo entiende y esto le acarrea desmotivación
y rechazo hacia la lectura, rechazo que a medida que pasan los años
se va haciendo cada vez mayor y que acarrea problemas de aprendizaje
en todas las materias.
Se
cree que la lectura termina cuando se conocen las sílabas
y letras que forman las palabras, sin embargo es ahora cuando comienza
una segunda fase mucho más importante que la primera, el
desarrollo de la velocidad, pero sobre todo de la comprensión
lectora. Si este último proceso se lleva a cabo con éxito,
habremos conseguido lectores para el día de mañana,
personas aficionadas a la lectura que leen por el placer que la
lectura proporciona.
Es
muy frecuente en la escuela, que es donde verdaderamente se forma
el lector, que el tratamiento de la lectura se vaya olvidando a
medida que los alumnos/as avanzan de curso y ocurre con frecuencia
que son muchos los que no han desarrollado una buena comprensión
lectora en los cursos inferiores, han aprendido a ver los signos,
pero no a comprenderlos.
Las causas pueden ser diversas.
El
maestro no dispone de recursos, ni de tiempo por la amplitud del
currículo y algo que es básico en su desarrollo comienza
a dejarse y a originar problemas de aprendizaje a todos los niveles.
Si
echamos un vistazo a los materiales que hay en nuestros centros,
encontraremos que son escasos los recursos con los que puede contar
el maestro a la hora de proporcionar ejercicios a esos alumnos/as
que solo han aprendido a ver los signos, como mucho se les comienza
a hacer leer textos que muy a menudo les proporcionan escaso interés
por su amplitud, por su complejidad y de ellos se les intenta hacer
preguntas que tampoco comprenden; otras veces intentamos que lean
libros con los que también fracasamos porque siguen sin comprenderlos
y otras veces pensamos que es un problema de madurez mental y que
se solucionará solo. Podemos pues llegar a la conclusión
que los medios que utilizamos con frecuencia en nuestras clases
no son los correctos y el problema no es que se corrija sino que
se agrava cada vez que el alumno supera un curso porque el obstáculo
de la lectura cada vez está más alto.
Es por estas razones por
las que este programa FONDO LECTOR intenta paliar en parte este
déficit de recursos que tenemos los maestros en un tema tan
fundamental como es el de la comprensión lectora.
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