La Tierra no se calienta y enfría de forma instantánea,
tarda algún tiempo en alcanzar la temperatura máxima. Así,
durante la primavera, la
Tierra,
la atmósfera y, sobre todo, el mar se encuentran aún fríos
del invierno.
Por
tanto,
la temperaturas máximas que se alcanzan no son tan grandes
cómo las que se dan durante el verano. A este fenómeno se le
llama inercia térmica.
Algo similar pasa cuando calientas un cazo al fuego. Al
principio
aunque haya
fuego puedes
cogerlo sin problemas. Llega un momento que,
incluso con el fuego apagado,
el mango quema. |