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4. EVOLUCIÓN HISTÓRICA DEL CONOCIMIENTO DEL UNIVERSO.
Desde que el hombre existe como especie inteligente,
hace más de cinco millones de años, ha tenido sobre su cabeza el espectáculo
nocturno de una noche estrellada.
Tú mismo te habrás sorprendido en alguna ocasión con la
imagen de un cielo negro tachonado de cientos de puntos de luz que no puedes
llegar a contar y que forman figuras geométricas, algunas muy claras con estrellas
muy brillantes, y otras más difíciles de ver porque tienen estrellas más apagadas,
figuras a las que damos el nombre de CONSTELACIONES.
Los primeros en observar las estrellas ya debieron imaginar
algunas figuras superpuestas a las estrellas, algunas constelaciones, que les
ayudarían a contar sus historias y leyendas. También debieron observar algunos
fenómenos muy espectaculares, como la explosión de alguna estrella, el paso de
algún cometa, los eclipses, así como que había relación entre algunos fenómenos
importantes para ellos, como era la época de la siembra, la llegada de las lluvias,
la recolección, etc. y la aparición de ciertas estrellas o constelaciones por el
horizonte.
La Astronomía es una ciencia antigua, desarrollada por diversas
razones (metafísicas y sociales fundamentalmente) desde la prehistoria. Las estrellas,
el Sol y la Luna, así como la existencia de fenómenos tales como los eclipses, los
meteoritos, etc., han llamado la atención del hombre desde hace más de 20.000 años;
los pueblos mesopotámicos construyeron observatorios, los egipcios medían el tiempo
de las crecidas observando las estrellas, los chinos descubrieron explosiones de estrellas,
los griegos sabían que la Tierra era redonda, los hindúes y luego los árabes utilizaron las
matemáticas como herramienta de trabajo, los pueblos americanos prehispánicos tenían un
calendario muy elaborado y, finalmente, en el ámbito occidental se desarrollaron teorías
y se construyeron telescopios que permitieron profundizar en el universo.
Hoy en día la astronomía es una ciencia muy actual, relacionada
estrechamente con las matemáticas y con la física, que ha sido capaz de
llegar hasta los límites de nuestro Universo, o lo que es lo mismo,
retroceder en el tiempo hasta el momento mismo de la formación del
Universo como veremos más adelante.
En Mesopotamia y en Egipto, en China, en América del
Sur y América Central se fue desarrollando una ciencia basada en la
observación del cielo, del movimiento de las estrellas y planetas,
de los fenómenos que se daban en él, todo para intentar medir el
tiempo, saber cuando había que hacer ciertos trabajos en el campo,
pero también para saber si el cielo era propicio para hacer una
guerra o un tratado, o para saber si una persona era apta o no para
gobernar. Hasta hace no mucho tiempo se mezclaba la ciencia del
estudio del cielo y, por tanto, del Universo, con la pseudociencia
de la predicción del futuro.
Aún hoy día sigue habiendo gente que confunde la
Astronomía (ciencia que estudia el Universo) con la Astrología
(pseudociencia que predice el futuro).
Al ir conociendo el movimiento de las estrellas
descubrirían que algunas tenían movimientos raros que no correspondían
con la mayoría de las estrellas, y que con el tiempo serían descubiertos
como los planetas que nos acompañan.
A medida que el conocimiento humano fue avanzando
se fue dirigiendo de una forma cada vez más eficaz a su alrededor,
estudiando los planetas y algunos satélites, y mirando cada vez más
lejos, hacia las estrellas de nuestra galaxia, y hacia otras galaxias,
descubriendo objetos cada vez más espectaculares: gigantes rojas,
estrellas de neutrones, novas y supernovas, agujeros negros, púlsares,
radiogalaxias...
Hoy podemos decir que hemos alcanzado los límites
de nuestro Universo, y que conocemos a nuestros planetas vecinos como
nunca lo hemos hecho antes, pero esto no ha hecho más que plantearnos
nuevas inquietudes y nuevos campos de investigación, desde la búsqueda
de vida fuera de nuestro planeta, hasta la explicación del origen y
final del Universo.
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