PANARIZO.- Mira, hermano Honzingera, provee que comamos, que yo
vengo cándido de hambre.
HONZINGERA.- Yo mucho más; que por esto, hermano Panarizo, estoy
aguardando aquí un villano que lleva de comer a su mujer, que la
tiene presa, una autenticada cazuela de ciertas viandas, Y
contarle hemos de aquellos cuentecillos de la tierra de Jauja, y
él se embebecerá tanto en ello, que podremos bien henchir
nuestras panchas. (...)
HONZINGERA.- Ven acá, asiéntate un poco
y contarte hemos las maravillas de la tierra de Jauja.
MENDRUGO.-
¿De dónde, señor?
PANARIZO.- De la tierra que, azotan a
los hombres porque trabajan.
MENDRUGO.- ¡Oh, qué buena tierra!
Cuéntame las maravillas de esa tierra, por vida suya.