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Segunda Guerra Mundial Probablemente sea la Segunda Guerra Mundial el acontecimiento del siglo XX que ha generado una filmografía más extensa, particularmente en el cine norteamericano. A las razones habituales -género bélico, dramas colectivos, espectacularidad, posibilidad de tratamientos variados, etc.- hay que añadir el hecho de que -si no por primera vez, pues existen los antecedentes de la Gran Guerra y de la Guerra Civil española, sí de forma decisiva- el cine se convierte en mecanismo de creación de la opinión pública, es decir, en factor de la propia contienda; por tanto, es muy explicable el rodaje de filmes durante la guerra que tiene lugar en Estados Unidos -y, en menor medida, en Gran Bretaña- en contraste con las dificultades para ello en la Europa ocupada.
Obviamente, esas películas tienen un tratamiento -básicamente destinado a elevar la moral de resistencia de la población civil- que difiere notablemente de la aproximación más crítica existente ya desde los años setenta. En las historias sobre la guerra en Europa se cuentan sucesos de la oposición al nazismo en los diferentes países o los efectos sobre la población: Once Upon a Honeymoon, Edge of Darkness, Esta tierra es mía, Hitler's Hangman, Mission to Moscow, The North Star, ¿Arde París?, El ejército de las sombras, Esperanza y gloria, Adiós, muchachos, etc.
La acción guerrillera se pone de manifiesto en obras como The North Star o Days of Glory. De la vida cotidiana durante la ocupación nazi destaca sobremanera la trilogía de Roberto Rossellini Roma, ciudad abierta, Paisà y Germania, anno zero. Aunque no aborda de forma convencional la guerra, no cabe duda que en las pequeñas historias de tipos corrientes ofrece un fresco de enorme interés sobre la contienda. Contrasta este cine italiano de posguerra con la visión ofrecida por la cinematografía francesa, que silencia el colaboracionismo durante la Ocupación hasta años después. |
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