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Biblia
De la diversidad de historias que componen las Escrituras se han privilegiado determinados episodios y personajes: la creación y el diluvio, José, Moisés y el éxodo de Egipto, David y Salomón, mientras hay otros que no han merecido la atención de los cineastas. Por el contrario, algunos sucesos de escueta narración en la Biblia han sido desarrollados de forma prolija en más de una ocasión, como el de Sodoma y Gomorra (El castigo del cielo, Sodoma y Gomorra) o las referencias a la reina de Saba. De los relatos del Génesis sobresale La Biblia de John Huston, primera entrega de una serie nunca realizada, por encima de otros filmes que recrean el mito de Adán y Eva o el del diluvio universal (El arca de Noé).
La muy cinematográfica gesta de Moisés ha sido plasmada en varias ocasiones -desde The Life of Moses (1909) a los dibujos animados de El príncipe de Egipto- sobresaliendo en la memoria del espectador las dos versiones de Cecil B. DeMille (Los diez mandamientos), paradigma del espectáculo bíblico, sobre todo la de 1956 que desarrolla personajes y situaciones del texto del Éxodo, a pesar de que los biblistas le nieguen cualquier valor religioso. El libro de los Jueces está a la base de Sansón y Dalila y de la producción confesional Los jueces de la Biblia. La figura de David -con los episodios concretos de su enfrentamiento con Goliat y de la seducción de Betsabé- ha sido recreada en varias obras: David y Goliat, Saúl y David, David and Bathsheba, etc.
Varios libros del Antiguo Testamento con nombres de mujeres son el punto de partida de películas que amplían con enorme libertad los datos originales, como la historia melodramática de Esther ambientada en Persia (Esther y el rey), las intrigas de La historia de Ruth o Judith de Betulia, primer largometraje de Griffith, que se basaba en una obra teatral. |
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