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Revoluciones y cambios políticos
Las tensiones ideológicas y las luchas unificación italiana son el contexto histórico de El poder no perdona, Allonsanfan, y en dos filmes de Rossellini: Viva l'Italia y Vanina Vanini. De la evolución histórica de este país en clave de lucha de clases da cuenta la épica Novecento.
Salmo rojo plantea unas protestas campesinas en la Hungría del siglo XIX. La independencia de Cuba de la colonización española aparece en La primera carga al machete, Mambí, Elpidio Valdés y parcialmente en Lucía. Una ignota isla caribeña es el marco de la revuelta antiesclavista contada en Queimada; y las tensiones entre modernización y autocracia son la base de El siglo de las luces.
De la revolución mexicana hay una filmografía muy extensa que, en su mayor parte, toma el acontecimiento como marco para cine de género. Varios filmes están centrados en las figuras de Emiliano Zapata y Pancho Villa. El primero de los líderes ha sido biografiado por Elia Kazan en el polémico ¡Viva Zapata! cuya recepción en el contexto del maccarthysmo le ha hecho un flaco favor. El segundo revolucionario es el protagonista de ¡Viva Villa!, una convencional biopic de Hollywood, y se recrea un episodio más o menos histórico en El tesoro de Pancho Villa. El levantamiento contra Porfirio Díaz desde la presencia de extranjeros (mayoritariamente norteamericanos) es narrada con cierto interés en Yo soy la revolución, Los compañeros y en Villa cabalga, un producto de género, en Tepepa o en Veracruz; los yankis son escritores y testigos en dos producciones sobre John Reed (Reed, México insurgente y Campanas rojas) y en Gringo viejo; Sergio Leone da su personal visión en Agáchate, maldito, el internacionalismo solidario se plasma en Salario para matar y figura como contexto en la historia indigenista Enamorada.
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