El enanito y
las Negranieves
Érase una vez un enanito
muy bueno, apuesto y trabajador que tenía una heladería
en la plaza del pueblo, justo al lado de la puerta del
palacio de la reina Nieves.
La reina tenía dos hijas que se parecían como dos gotas
de vinagre. Eran malas y le hacían la vida imposible al
pobre enanito. Le pedían helados y nunca se los pagaban;
le insultaban y gritaban que los helados que vendía
sabían mal, que engordaban y que estaban muy fríos.
Un día, para darles un escarmiento, hizo un helado
mágico de manzana. Como todas las mañanas, las hermanas
Negranievas se acercaron y le pidieron un helado. Al ver
el de manzana se lo quitaron y corrieron riéndose. Se
sentaron a la sombra de una palmera y comenzaron a
saborearlo lentamente. Cuando acabaron...
|