Una necesidad...
El hombre tuvo necesidad de medir la superficie de los terrenos que sembraba.
Para hacerlo, ideó un sistema utilizando los elementos que tenía a su alcance. El método consistió en colocar cada elemento sobre la tierra para ver cuántas veces cabía en la superficie que quería medir, como si pusiera baldosas sobre ella. Este sistema presentaba una dificultad:
debido a que las medidas que usaba eran arbitrarias, es decir, cada persona tenía una base diferente, media de acuerdo a su propio parecer, sin ponerse de acuerdo con los demás. Ello daba lugar a confusiones.
Veamos un ejemplo:
Vamos a medir el área de una figura, utilizando elementos diferentes.
Esta es nuestra figura:
Primero mediremos el área de este rectángulo, tomando como medida base una baldosa roja.
La baldosa roja cabe 8 veces en nuestro rectángulo, entonces su área es de 8 baldosas rojas.
Ahora, mediremos con una baldosa diferente, la que identificaremos con el color verde. Así:
La baldosa verde cabe 16 veces en el rectángulo. El área corresponde a 16 baldosas verdes.
El rectángulo es el mismo, pero las baldosas son diferentes. Por lo tanto, los resultados de la medición también fueron distintos.
La solución para este problema fue la creación de un sistema de medidas universales.