2) Contacto directo: el patógeno pasa
directamente de una persona a otra por el contacto corporal, roce, sangre, fluidos
corporales, etc. Esto ocurre por ejemplo con las enfermedades de transmisión sexual (ETS),
o con el sarampión.
3) Objetos inertes: cualquier objeto (utensilios de cocina,
material escolar, pañuelos, juguetes...) puede estar
contaminado con organismos patógenos. Estos pasarían a nuestro cuerpo cuando los tocamos,
nos cortamos o pinchamos con él, etc. Ej.:
tétanos.
4) Ingestión de alimentos o aguas: cuando
los alimentos o el agua están contaminados con microorganismos u otros
patógenos, su consumo
puede provocarnos una infección. Ej.:
cólera, salmonelosis,
botulismo, hepatitis
A.
5) Vectores de transmisión: los vectores son
animales que, sin padecer la enfermedad, introducen un patógeno
en un organismo sano. Ejemplos son la
peste, la
malaria o la
enfermedad del sueño que
son transmitidas respectivamente por las pulgas, el mosquito Anopheles y
la mosca Tse-Tse.
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