Desde el punto de vista del funcionamiento, el sistema nervioso se divide como hemos visto en somático y autónomo. 1) El sistema nervioso somático es aquel encargado de las funciones voluntarias. Los actos voluntarios son actos conscientes (sabemos que los estamos haciendo) y en su desarrollo intervienen los centros superiores del encéfalo, sobre todo la corteza cerebral. La corteza cerebral puede ordenar actos por sí sola sin necesidad de ningún estímulo externo, o bien, en otras ocasiones, actúa cuando algún receptor le envía información que ella interpreta para dar la respuesta adecuada:
2) El sistema nervioso autónomo o vegetativo: controla las actividades viscerales que también están reguladas por el sistema endocrino, por lo que las funciones internas están bajo un doble control, nervioso y hormonal, y ambos se influyen mutuamente. Es un sistema totalmente automático e involuntario que consta de centros nerviosos localizados sobre todo en el hipotálamo, bulbo, médula espinal y una serie de ganglios del SNP. Hay dos subsistemas: - Simpático: su misión es producir un estado de excitación general que prepara al organismo ante situaciones de alerta (aumenta la frecuencia cardíaca, el azúcar en sangre y la presión sanguínea, paraliza las funciones digestivas, produce excitación y nerviosismo, etc.). - Parasimpático: con efectos contrarios al simpático, provocando un estado de tranquilidad general (su acción predomina durante el sueño), favorece la digestión.
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