La gestación es el período de tiempo que hay entre la fecundación y el parto. El cigoto formado tras la fecundación empezará a crecer rápidamente, dividiéndose por un tipo de división celular llamada mitosis: primero dará 2 células, después 4, 8, 16, 32 y así sucesivamente, al mismo tiempo va viajando por la trompa de Falopio en dirección al útero.
A las pocas horas de la fecundación el cigoto parece una mora, de ahí que se le llame mórula. Ésta sigue su crecimiento y aproximadamente 7 días después de la fecundación llega al endometrio, el cual estará muy desarrollado. Se intentará unir a él para empezar a nutrirse a partir de sus numerosos vasos sanguíneos. A este proceso se le llama implantación (o nidación) y si tiene éxito, se considera que la gestación o embarazo comienza, y a la masa de células que se ha formado se le llama ahora embrión. El cuello del útero se taponará con un moco muy espeso para impedir la entrada y proteger al embrión.
La parte del embrión que se encuentra en la cavidad uterina empieza a diferenciarse, apareciendo la placenta y en su interior una cavidad amniótica rellena de líquido amniótico y unido a la placenta, a través del cordón umbilical, el embrión; éste a los 3 meses ya tiene forma humana, mide unos 10 cm, pesa unos 15 g, tiene todos los órganos internos y se llama feto.
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