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El cuadro del burro

Hartzenbusch

 

 

Pintó el insigne Don Francisco Goya

con tan rara verdad y valentía

un burro dela casa en que vivía,

que el cuadro borrical era una joya.

Mister qué sé yo quién, inglés muy rico,

veinte mil reales por el lienzo daba;

Goya, que a la sazón necesitaba

un estudio bien hecho de borrico,

tenaz a enajenarlo se negaba.

Oyendo al fin un día

el asno vivo discutir el trato,

exclamó sollozando de alegría:

¡Mil duros da el inglés por mi retrato!

Por el original, ¿qué no daría?

los gatos escrupulososel envidioso

fábulas literarias

Mª Lourdes García Jiménez